Chietla. –En el municipio de Chietla Los Perros de Agua marcan el inicio de la temporada de lluvias. Esta es una tradición ancestral de esta zona, en las comunidades de Ahuehuetzingo y Atencingo.
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La Fiesta de los Perros de Agua es una celebración arraigada en la población de esta zona, la cual marca el inicio de la temporada de lluvias y la limpieza de las acequias, siendo una tradición única en el país.
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Esta práctica ha sido transmitida de manera oral de generación en generación; la historia de los perros de agua se remonta a los tiempos de William Jenkins, dueño de las tierras de la Hacienda de Atencingo, que presionaba a los pueblos aledaños para que cultivaran exclusivamente caña de azúcar, por lo que los habitantes de Ahuehuetzingo lucharon incansablemente por el acceso al agua, que el hacendado restringía con fines comerciales.
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Lo anterior, provocó que los perros de agua se fueran convertido en símbolos de resistencia, lograron obtener el líquido, por lo cual esta tradición consiste que niños y adultos, se vistan con un atuendo formado por una falda de hoja de plátano seco y un sombrero elaborado con ramas de sauce que cubre la cabeza, esto como parte de un camuflaje, que representa los tiempos antiguos como conseguían el agua, cuando el hacendado la restringía en la zona.
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Los perros de agua hoy en día salen de la comunidad de Ahuehuetzingo hacia Atencingo, hacia el río Nexapa, donde inician un ritual sagrado, danzando en círculos, arrojando agua bendita, flores, aguardiente y tabaco como ofrendas a los dioses, bajo la guía del perro mayor, ofrecen oraciones a Dios y a la Virgen María, todo esto dentro de la acequia y río.
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Don Joel Sánchez, quien es habitante de Atencingo, comentó que esta tradición les recuerda cómo sus ancestros lucharon por el agua, que un hacendado se las limitaba, para que solo cultivaran caña en la zona.
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Detalló que año con año, para esta actividad niños y adultos se preparan previamente, y son acompañados por las calles con banda, todo en un ambiente de fiesta.
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Tras lo anterior, recorren las calles de Atencingo, mojando a los vecinos con agua previamente colocada en recipientes, al finalizar la festividad, se meten en el canal mayor.
